jueves, 24 de febrero de 2011

The Goddess vs. the Alphabet - Resumen Cap. 12



The Goddess Vs. The Alphabet
Capítulo 12: Adam /Eve

Las mujeres que aparecen en el antiguo testamento son notables por sus personalidades multifacéticas, que exhiben condiciones de la vida real. Sin embargo, en un libro tan largo como este (de más de 700pgs), la degradación del status de la mujer toma inicio en la 2da página y termina siendo destruido en la 3ra página. La relación entre géneros es el primer tema planteado y resuelto después de la creación del universo (sugiriendo que fue un tema de prioridad para sus autores).

De acuerdo a una de las primeras versiones del antiguo testamento, Yahvé decidió crear a la mujer, como una idea de último momento, solo para darle al hombre una “compañera”. Este la creo utilizando una de las costillas de Adam. Según estudios de anatomía humana, una costilla se podría considerar como una parte extra, es decir, el ser humano podría vivir tranquilamente con apenas una de estas. Se dice también, que todo tipo de estructura arquitectónica tiene un elemento que se asemeja a una costilla humana y aporta una función mínima en el entero. Estas dos ideas apuntan a que la mujer fue creada únicamente con la intención de servir como un soporte para el hombre. En la cultura Sumeria, la palabra “vida” (ti) también significaba “costilla”. En la nueva cultura alfabetizada, la palabra “costilla” llego a significar “tropezar”.

Poco después de la creación de la mujer, el antiguo testamento cuenta la historia del fruto prohibido, disminuyendo aún más el estado de las mujeres en la sociedad. En esta fábula, la mujer es tentada por una serpiente. La serpiente era uno de los símbolos más representativos de la Diosa. El primer acto disciplinario de Yahvé consistió en romper esta antigua conexión, y junto a esto llego el castigo eterno para la mujer. Así fue como Yahvé puso a la mujer al servicio del hombre. La palabra bíblica Hebrea para mujer, “beulah” significa “propiedad”. La fábula de Adam e Eva también cuenta que al género femenino se lo vincula con la razón por la cual existe la muerte. Una vez un signo de vida, la Diosa fue repentinamente convirtiéndose en la muerte. También, la concepción, previamente asociada con la mujer y la Diosa, se consideró a partir de ahora el producto del trabajo del hombre.

La sentencia otorgada a Eva parece demasiado excesiva considerando las circunstancias por las cuales los dos seres humanos desobedecieron a Dios. Eva no podía distinguir entre el bien y el mal antes de consumir el fruto. En la historia de Caín (el cual ya sabía la diferencia entre bien y mal, por medio de las acciones de su madre) y Abel podemos ver que Yahvé juzga el asesinato por un hombre como un delito de menor gravedad, en comparación con la desobediencia de una mujer. La curiosidad es indispensable para adquirir conocimiento, no obstante, Yahvé califico a la curiosidad femenina como el pecado más grande que se hubiera podido cometer.

Según el libro de Génesis, y aunque no se la menciona, la Diosa existe bajo una presencia invisible. Esto se puede deducir por medio de la incertidumbre que provocan tales preguntas como: ¿Yahvé es un Dios celoso, pero de quién? O ¿Por qué se refiere a sí mismo como “nosotros”? La historia de la creación de la mujer se podría ver como una herramienta diseñada especialmente para convertir a aquellos miembros de la nación Israelita que todavía eran devotos a la Diosa.

De acuerdo al historiador Tikva Frymer- Kensky, la consorte principal de Yahvé era el mismo pueblo Israelita (la madre patria?), al cual impuso un sin número de catástrofes como retribución por su “adulterio” o “prostitucion” con otros Dioses. Frymer- Kensky define a esto como una “pesadilla de dominación dentro de una relación punitiva”. La Diosa reemergió dentro del sistema patriarcal Hebreo, personificada como el pueblo Israelita, pero, ¿qué paso con su sexualidad? Bajo un régimen alfabetizado, el hombre aprendió a sublimar; su deseo sexual se vio proyectado hacia “Sofia”, un sustantivo femenino significando “conocimiento”. El deseo por aprender se convirtió en lujuria. Ninguno de los escritores bíblicos busca el “conocimiento” femenino. El hombre acabo sustituyendo la belleza de una mujer por rollos secos de escrituras. El “aleph-bet” rompió el espíritu femenino y desterró a la Diosa.


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